VOY A QUEMAR LAS BRAGAS COLOR VISÓN

En un desesperado intento por ser una mamá sexy, he decidido actuar. Las lineas de mi plan maestro son las siguientes:
1.- Acudiré a la peluquería con más asiduidad (una vez al año no es suficiente, ya tengo algunas canas)
2.- Es necesario depilarse. A las mujeres no nos queda bien el bigotillo tipo Aznar.
3.-Me maquillaré a diario. Las ojeras sólo son atractivas si eres una actriz o modelo famosa.
4.- Quemaré mis bragas color visón. Y este punto me da pena, porque esas bragas me han acompañado muchos años, durante el embarazo, dando de sí todo lo que podían -literalmente hablando-. Acudiré a la Plaza de San Francisco- centro neurálgico de Badajoz-, con mis bragas y una pancarta. Las pondré en el suelo, soltaré unas lágrimas, les echaré gasolina y gritaré ¡Se acabó el visón! ¡Solo bragas sexys!. En ese instante les prenderé fuego y arderán hasta consumirse.
A partir de ahora sólo bragas monas, nunca más prendas de ropa interior que puedan recordar a Julian Muñoz en sus buenos tiempos. Y esto es así, porque yo me lo merezco.
En serio, creo que es necesario retomar un cierto cuidado sobre mi persona, que me permita recuperarme como mujer, pues la faceta maternal de mi vida tiene tanta importancia, que ha minimizado (no me atrevería a decir anulado), otros aspectos de mi vida, cómo el hecho de sentirme femenina.
Aunque parezca mentira, el aspecto que mostremos nos ayuda a afrontar las situaciones en las que nos vemos implicados diariamente, es una especie de coraza. Estoy cansada de verme con mala cara, con ojeras, descuidada, con manchas de papilla, quiero recuperar algo de mi que se perdió en este camino, fantástico camino que inicié hace más de un año.

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