Sobre las malas noches, los días estupendos, los ojos nuevos que los bebés nos prestan
El Baño
El espejo, la mampara empañados. A lo lejos se mezclan las sintonías de "Pocoyo" y alguna radio musical. Oigo risas en la habitación de al lado. Pedorretas. Más risas. Unos gruñidos exigen la presencia urgente del hacedor de pedorretas. Más risas. El espejo y la mampara empañados. Os siento; un "ta", un leve mugido previa petición paterna. Hace al menos cuatro meses que no me daba un baño relajante. Me sumerjo la cabeza en el agua, no os oigo. La saco. El pato de plástico, pegado con ventosa a la bañera, parece ahogarse bajo la presión que mi cuerpo imprime al agua. Risas, cristales empañados. Salgo de la bañera. Sé como acabará el baño. Unos golpes en la puerta. Se abre. "¡Taaaa!".
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