Estaba fregando la loza cuando Julia apareció en la puerta de la cocina. No la vi, pero la intuí porque comenzó a hablar enseguida con ese estilo entusiasta que la caracteriza:
-Mamá, cuando sea pequeña voy a ser peluquera.
-No Julia... querrás decir cuando sea mayor - contesté yo en plan "listo" y maternal.
-No, no, cuando sea pequeña -insistió ella.
En ese momento sentí como si una espinita de intranquilidad me punzara el corazón y volví la cabeza. Desde luego mi intuición no me falló, había cogido las tijeras (de punta redondeada, no os asustéis) que tengo para sus manualidades, y se había dado unos cuantos de trasquilones. Cinco o seis mechones de pelo le caían por los hombros. ¡Ayyyyyyy!, me faltó tiempo para lanzarme sobre la "peluquera", arrebatarle el instrumento, echarle la bronca y comprobar si el corte había sido muy radical. Afortunadamente las tijeras de manualidades no habían hecho mucho daño, y todo ha quedado camuflado... puffff.
Cual sea la moraleja, lo ignoro. No se si es: sube las tijeras al techo, no friegues la loza, contrata a un camaleón para que vigile a las gemelas... o presta atención a todo lo que te dicen. Tal vez todas, sí. Menos mal que el pelo crece.
-Mamá, cuando sea pequeña voy a ser peluquera.
-No Julia... querrás decir cuando sea mayor - contesté yo en plan "listo" y maternal.
-No, no, cuando sea pequeña -insistió ella.
En ese momento sentí como si una espinita de intranquilidad me punzara el corazón y volví la cabeza. Desde luego mi intuición no me falló, había cogido las tijeras (de punta redondeada, no os asustéis) que tengo para sus manualidades, y se había dado unos cuantos de trasquilones. Cinco o seis mechones de pelo le caían por los hombros. ¡Ayyyyyyy!, me faltó tiempo para lanzarme sobre la "peluquera", arrebatarle el instrumento, echarle la bronca y comprobar si el corte había sido muy radical. Afortunadamente las tijeras de manualidades no habían hecho mucho daño, y todo ha quedado camuflado... puffff.
Cual sea la moraleja, lo ignoro. No se si es: sube las tijeras al techo, no friegues la loza, contrata a un camaleón para que vigile a las gemelas... o presta atención a todo lo que te dicen. Tal vez todas, sí. Menos mal que el pelo crece.
10 comentarios:
o sea, YA es peluquera... anda que
Jaaaaaaaaaajajajajaja. Me encanta, de verdad. Yo de pequeña quiero ser tus gemelas, y de grande también. ¡Son tan queribles!
El remolino es de escándalo, sí...
Maria, si me descuido se queda fresquita, pero de verdad. Tiene más peligro que una piraña en un bidé.
Estimada Nieves:
Nuestro servicio de peluquería Julia Divina, está a su completa disposiicón para cuando quiera algún corte moderno, moderno de verdad ja,ja,ja.
Fusa, si es que además ahora la mamá anda enredando en otras cosas y no cuento ni la mitad. ¿Sabes que ya van leyendo muy bien? En plan "musi es mi osito mimoso" y cosas por el estilo, pero van adelantando mucho. Dentro de nada les coloco Belfondo y pa' lante, a leerselo enterito.
Besos
PD Ese flequillo jamás se asienta, ya te lo dije.
Creo que ni con camaleón estarían vigiladas! Se las ingenian todas! Anda con ojo con la peque-peluquera no sea que vuelva a practicar con la hermana! Cualquier día monta la academia y deja todas las muñecas calvas! jejeje.
Son geniales... menudas pillas están hechas. Yo alguna vez he pensado en comprar una bola tipo hamster de esas gigantes que salen en las pelis. el problema es que no tengo espacio en casa...
gracias por pasar y no perderte...están super grande las niñas...
En breve podremos ver Almossassa 2011 ¿no?.
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