PELLEJOS



Parece algo superficial preocuparse por el aspecto físico que tenemos cuando dos bebés dependen de una, sin embargo, yo no he podido evitarlo, y durante el último año, me miraba al espejo, y otras veces simplemente dirigía mi mirada a la zona que va entre el cuello y las piernas, y me preguntaba una y otra vez "¿Volverán los pellejos a su sitio?". Sí , yo quería saber si los pechos, barriga (sobre todo la barriga), volverían a ponerse en tamaño normal. No es que yo haya sido nunca una sílfide, más bien al contrario, pero no dejaba de atormentarme la idea de que mi cuerpo nunca nunca volvería a su sitio.

Y lo cierto es que no vuelve, lo que te deja el embarazo es algo parecido a lo que fue tu cuerpo un tiempo atrás, pero no es lo mismo. Los pechos se caen (no demasiado, pero se caen), salen estrías, la tripa se empeña en no acabar de volver a su sitio (aunque ya casi, casi no se nota). Tal vez, es que el cuerpo de la mujer es pura energía, y ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

No he quedado demasiado malparada, las tetas no parecen solapas de un abrigo, y la barriga va reduciéndose de día en día. Peso menos que cuando me quedé embarazada, puedo ponerme cosas que antes no me ponía, estoy de reestreno.

Puedo decir sin lugar a dudas, que los pellejos no vuelven del todo a su sitio, a menos claro, que seas una supermodelo, actriz... o alguien que cuida de su cuerpo, quizás en la forma en que deberíamos hacerlo todas. Sí, sí, me dan envidia cochina ¿pasa algo?... No soy perfecta.

No tengo tiempo para hacer gimnasia. La única que practico es con ellas, cuando vamos a natación. No hago más abdominales que los que surjan de agacharme a coger juguetes, o niñas de 13 meses que se empeñan en andar, y desde luego los estiramientos han desaparecido de mi vida, al menos hasta que tenga que coger los peluches que están en el armario del dormitorio de las gorditas. Hago pesas, cuando subo la rampa de la entrada del piso empujando el carro gemelar (cada día pesa más) y también cuando vamos de paseo por todo Badajoz. También practico con éxito el levantamiento de niña, y ejercicios de resistencia cuando las visto, desvisto y cambio de pañales. Gimnasia casera, que dirían.

A pesar de mis lamentaciones, y en honor a la verdad, tengo que decir, que siempre queda mi marido. Segun, nunca le encuentra un pero a mis curvas. Da igual que engorde o adelgace, él siempre encuentra una palabra amable y calenturienta para este cuerpo. Es maravilloso que alguien te mire con deseo, incluso que te palpe aunque estés muerta de cansancio.

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