HE DORMIDO UNA NOCHE DEL TIRÓN

Esta noche hemos dormido del tirón, todos los cuatro. Parece increible, pero por fín, después de no sé ni cuantas semanas, nadie se ha despertado a eso de las 3 de la madrugada para ser mecido. Nadie ha llorado, o se ha quejado a horas intempestivas. Así, que prácticamente hemos aguantado todos en la camita hasta más allá de las ocho.
Se agradece mucho, tener al menos una noche así. Porque lo cierto es que el día menos pensado, me voy a quedar dormida en el justo instante en que se apaguen las luces de la habitación, me pille donde me pille, aunque sea subiendo las piernas a la cama. ¡Dios!, el sueño me persigue, y es mucho más fuerte que yo.
El otro día, oí en la tele (digo que oí, porque fue mientras le daba la fruta a las niñas, momento en el que ellas miran a la tele y yo las miro a ellas), que las mujeres de treinta y pocos años están muy cansadas para tener fantasías sexuales, y que su vida sexual es muy pobre, por ese mismo cansancio. Bueno, que más puedo decir, benditas las de treinta y pocos que todavía tienen vida sexual, es algo de lo que yo no puedo presumir. Si bien es cierto, que no puedo achacar dicha inactividad a mi querido esposo (que de vez en cuando lee este blog), sino a mis dos bebes que absorven mi energía vital de forma completa. Pero las miro y pienso ¡son tan monas!, y entonces se me olvida todo, el sueño, el cansancio, la mala facha que tengo... me rio las cojo en brazos, nos tiramos las tres en una alfombra y nos ponemos a jugar. Supongo que será igual para todo el mundo.
Ahora, voy a dejar esto, miraré porqué Patricia da chilliditos desde el parque, y acabaré de tomarme el café que lleva cuarenta minutos esperándome, aburrido al lado de la pantalla del ordenador.
Saludos a todas las madres y padres cansados.

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