En la entrada de la mamma relativo a los “problemas sensoriales” se dejaba bastante claro el tema al respecto. Sin embargo, aprovechándome de la generosidad de la cumpleañera (que está mejor que nunca) voy a poner un ejemplo práctico.

El gasto que hacemos en ropa para las gemelas es bastante considerable. No sólo porque crecen a un ritmo que provoca que estén apunto de salirse de los percentiles, sino porque, hay que reconocerlo, disfrutamos vistiéndolas (como si fueran dos muñequitas). A menudo vamos a Zara, donde encontramos prendas a buen precio y con un diseño moderno. A mi, personalmente, me gusta más el estilo que ofrece esta cadena, que los clásicos trajecitos de lacitos y volantes.

En la fotografía de la entrada anterior, Julia y Patricia visten una especie de blazer o chaqueta roja que compramos, precisamente en Zara. La prenda se abrocha mediante unos grandes botones también en color rojo, y aquí es donde estaba el problema. Después de un par de usos, descubrimos que los botones estaban mal cosidos y que un mordisco más los hubiese desprendido de la tela, con el consiguiente riesgo de que las niñas se los tragasen. Creo que el acabado de la prenda, y más si es infantil, también debe entrar dentro de los criterios o protocolos de calidad de la empresa.

Entré en la página web de Zara y les remití una reclamación. Me fastidió que el formato del formulario no me permitiese extenderme en la queja al estar limitado el número de caracteres del mensaje, pero bueno. Hace pocos días recibí una amable contestación igual de escueta, acusando recibo y comprometiéndose a “mejorar la calidad de nuestros artículos infantiles”: me alegro de haber recibido contestación y espero que ese compromiso se traduzca en un mayor control en el acabado de la ropa. En cualquiera de los casos, a partir de ahora, antes de comprar, habrá que asegurarse de que el producto es seguro.

Saludos del otro mamma

PD. La fotografía fue tomada en la calle San Agustín de Jerez de los Caballeros, y la torre barroca que aparece al fondo es la de San Miguel.



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