35 AÑAZOS


El pasado cinco de abril me cayeron 35 años, en todo lo alto. El caso, es que me miro, y remiro en el espejo, y tampoco veo mucha diferencia con la que tenía un año menos. Sí que veo, y muchas, con la Anabel que no era mamá. Lo de siempre, el asunto de los pellejos, tripa que aparece, pechos que se sienten de repente muy atraídos por la fuerza de la gravedad, alguna estría nueva, y unas cuantas de canas que aparecen en la zona donde siempre se me abre el pelo -que buena suerte la mía-. Pero a fuerza de ser sincera, quitando lo de la tripa, lo demás no me importa un pimiento.
La crisis que me ataca feroz, obedece más a temas emocionales, de ubicación vital y profesional que a nada físico. ¿Quien soy? ¿Qué soy? ¿A donde voy? ¿Donde estoy?... Miro, a mi alrededor y no encuentro nada, sólo niebla algunos días más espesa y otros menos. Tengo que reconocer que esta falta de orientación, es más una cuestión de ambición profesional, y de algunos aspectos profesionales, no personales, en los que mi familia, amiguetes, y demás me hacen muy feliz.
La desorientación personal, es menor que hace unos años. Al menos ya se que quiero ser de mayor ..., y no me refiero a ser jubilada, que también. Pero como todavía me da vergüenza reconocerlo, en un alarde de falta de honestidad me lo guardaré para mí.
Gracias a mi familia, a mis amigos, a todos los que antes o después se acordaron de mi, y me felicitaron. Yo me felicito también, y no sólo por cumplir un año más, sino por teneros en mi compañía.

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