VACUNACIÓN (II)

Aprovecho esta segunda entrada dedicada a la vacunación, para pasar de lo particular a lo general, de lo cómico, a lo más serio y hacer una de estas peticiones que las autoridades realizan desde sus altas tribunas internacionales, con la conciencia de que tendrán las mismas repércusiones que las suyas, prácticamente ninguna.
Yo, presumo de ser una persona bastante tolerante (he dicho que presumo, no que realmente lo sea), y en cuanto a educación de niños creo, que no es bueno tratar de imponer nuestros propios criterios en cada familia como unos fundamentalistas cualquiera. Sin embargo, en lo que a vacunaciones se refiere sí soy una radical, lo reconozco. Los padres debemos hacer todo lo posible por evitar que nuestros hijos sufran enfermedades que puedan dejarles graves secuelas, o incluso les cause la muerte. La vacunación, es un medio idóneo a tales fines. Sin embago, navegando por la red, he encontrado foros desde los que se propugnan campañas en contra de las vacunaciones, y me ha sorprendido, lo reconozco. No sé que fundamentos les apoyan a la hora de propugnar que se acabe con las campañas de vacunación ampliamente extendidas. Lo que he leído hasta ahora en contra de las vacunas no viene apoyado por ningún fundamento médico, nada claro al respecto, ninguna voz autorizada que apoye sus posturas.
Alguno de estos foros, partiendo de una postura equivocada, se llaman a sí mismos foros por la libertad en las vacunaciones. Digo que se parte de una posición equivocada, porque a día de hoy nadie te obliga a vacunar a tus hijos, puedes hacerlo o no. No se va a presentar una pareja de la policía para pincharlos. Es tu reponsabilidad. Siendo así las cosas, ¿qué libertad es la que se propugna?. Después de leer sus páginas, no entiendo que beneficio obtienen al no vacunar a sus hijos, qué perjuicio real, efectivo están provocando estas vacunaciones masivas en nuestros hijos, ¿por qué se equivocan las autoridades sanitarias?, ¿cómo es posible que la mayor parte de la comunidad médica yerre?...
Mi postura es clara, contundente a favor de las vacunas, tanto de las que se distribuyen gratuítamente por las Administraciones, como de aquellas que hemos de abonar los padres; Varilix, Prevenar, y Rotarix, han sido religiosamente abonadas y puestas a las niñas, en la seguridad de que estarán protegidas. Es un gasto notable (y doble en nuestro caso), pero no me importa afrontarlo si tengo la seguridad de que benefician a lo que más quiero. He de añadir, que en todos los casos hemos consultado al pediatra antes, y siempre nos ha aconsejado vacunarlas.
Acudid a vuestro médico, él os aconsejará con fundamentos médicos, yo sólo puedo hablaros desde lo que las tripas y la cabeza me dicen. ¡Vacunad a vuestros niños! ¡Evitemos que enfermen!
Para concluir otro llamamiento, en este caso a las farmacéuticas; abaraten las vacunas, y facilítenlas gratuítamente en todos los países en desarrollo. ¡Vacunas gratis, ya !

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