Cuando tienes gemelos, mellizos, trillizos, o en general varios niños de la misma edad, y sales de paseo tienes que estar preparado para las reacciones de todo tipo que tus bebés van a provocar.
Te van a mirar con mucha atención el 90% de las personas con las que te cruces; dentro de los que te miran, un 80% harán algún comentario sobre tus bebés, pensando que tu eres sorda y no te enteras de lo que dices cuando pasan a tu lado; en plan "¡dos iguales para hoy!", "¡fíjate dos bebés iguales!", "¡que ricos!", y el típico "¡Ay, ay, ay!", expresivo en extremo y que sirve para comentar cualquier cosa. Por último debemos destacar al menos un 30% de paisanos, que pararán tu carro en seco para hacerles carantoñas, comentar lo iguales que son (o no), preguntarte cómo lo llevas, que tal se portan y tras medio minuto de conversanción y conocimiento del niño, opinar sobre cual de los bebés es más travieso, más simpático, y practicar el divertido juego de la búsqueda de las siete diferencias (entre gemelos).... A estos, les dará exactamente igual donde te encuentres, si estás cruzando una calle, o hace frío y vas con prisa.
A veces pienso, que es un poco lo que deben sentir los famosos, cuando la gente les para por la calle. En este caso yo no soy la famosa, soy la madre de las artistas, y debo reconocer que en general, me resulta agradable, estar sometida a este tipo de atención, que por otro lado es gratuita y se nos concede sin haber hecho nada en especial (como a muchos famosos). Agradezco la atención y halagos que nos brindan, la suerte que nos desean y continúo mi camino con una sonrisa en la cara por todos los piropos que reciben mis gorditas, incluso cuando las confunden con dos niños.
Te van a mirar con mucha atención el 90% de las personas con las que te cruces; dentro de los que te miran, un 80% harán algún comentario sobre tus bebés, pensando que tu eres sorda y no te enteras de lo que dices cuando pasan a tu lado; en plan "¡dos iguales para hoy!", "¡fíjate dos bebés iguales!", "¡que ricos!", y el típico "¡Ay, ay, ay!", expresivo en extremo y que sirve para comentar cualquier cosa. Por último debemos destacar al menos un 30% de paisanos, que pararán tu carro en seco para hacerles carantoñas, comentar lo iguales que son (o no), preguntarte cómo lo llevas, que tal se portan y tras medio minuto de conversanción y conocimiento del niño, opinar sobre cual de los bebés es más travieso, más simpático, y practicar el divertido juego de la búsqueda de las siete diferencias (entre gemelos).... A estos, les dará exactamente igual donde te encuentres, si estás cruzando una calle, o hace frío y vas con prisa.
A veces pienso, que es un poco lo que deben sentir los famosos, cuando la gente les para por la calle. En este caso yo no soy la famosa, soy la madre de las artistas, y debo reconocer que en general, me resulta agradable, estar sometida a este tipo de atención, que por otro lado es gratuita y se nos concede sin haber hecho nada en especial (como a muchos famosos). Agradezco la atención y halagos que nos brindan, la suerte que nos desean y continúo mi camino con una sonrisa en la cara por todos los piropos que reciben mis gorditas, incluso cuando las confunden con dos niños.
Como ya he dicho, la mayoría de la gente es bastante agradable, sin embargo, hay un grupo de personas, que no sé si sienten fobia a los niños, o qué les sucede. Estos son los que cuando te ven con las gemelas (mellizos, trillizos...) lo primero que comentan es:"¡Gemelos, qué horror!". Me sorprende y desagrada este tipo de comentarios, pero he llegado a la conclusión de que a veces somos tan descuidados en nuestro trato a los demás , que no debo darle mayor importancia. Por eso, opto por no contestarles, ignorarlos, a menos que el comentario en cuestión, se realice en conversación directa conmigo. En ese caso niego la principal, y digo mi verdad: es mucho trabajo, físicamente es agotador, pero es la mejor experiencia que he tenido en toda mi vida.
La cosa cambia, si los que acompañan a las niñas son los abuelos, o su padre. Se enfadan mucho, y contestan airados al transeúnte, que no sabe donde meterse, trata de justificarse o huye a galope entre la multitud. Mención especial merece mi madre, persigue al que sea y le dice que el único horror que hay ahí es ella (normalmente son mujeres las que comentan esto), que sus nietas son preciosas, y que si no le da vergüenza referirse así a unas niñas... Para justificar porqué me hace tanta gracía, debo aclarar que mi madre es, posiblemente, una de las personas más pacíficas del mundo, y que evita cualquier tipo de enfrentamiento con los demás con una diplomacia extrema. Sin embargo, creo que cuando se trata de sus nietas/os, algo le salta por dentro, y se convierte en una leona enfadada (no cabreada, porque mi mamá no se cabrea nunca). Lo reconozco, me divierte que esta especie de católica discípula de Ghandi, fulmine estas personas tan desagradables con los ojos, y con las palabras sin importarle, el número, tamaño o grado de agresividad que se adivine en la individua en cuestión (repito, normalmente son las mujeres las que hacen este comentario).
En fin, señores/as, no se horroricen, tener varios niños a la vez es agotador, encantador, divertido, exasperante (a veces), preocupante, soprendente y sobre todo una experiencia única, que lamentablemente no creo que se repita. Pero les aseguro que no es ningún horror. No traten a ningún niño como si lo fuera, piensen que con ese comentario hieren a su familia, y a él mismo el día que lo entienda (los niños entienden más de lo que parece), y dense cuenta de que si fuera un niño con cualquier tipo de déficit, que supusiera un gran trabajo para sus padres, ustedes nunca harían ese comentario. Ningún niño, enfermo, sano, venga sólo o con más hermanos de una tacada, es un horror. Todos son algo precioso, que tenemos el honor de cuidar durante algunos años.
Saludos
Saludos
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