Vamos por nuestro tercer carrito, los hemos tenido en linea y en paralelo. Ahora nos decantamos por estos últimos porque si los pliegas ligeramente cabe en esa caja de grillos que llamamos ascensor, eso sí, haciendo ciertas piruetas con las ruedas delanteras, que en cuanto te descuidas se cruzan y te impiden entrar. Cualquier padre de gemelos o niños que se lleven poca edad, y vivan en edificios antiguos saben de que les estoy hablando.
El primero de nuestros carritos fue un jane "twin two" de color azulón, con dos "matrix pro" (¿os habéis enterado de algo?). Las cinéfilas "mátrix", son una especie de capazo grupo 0, de todo un poco, que se desmontaba del carro con cierta facilidad, sólo había que apretar un botón. Para subir y bajar en el ascensor, necesitabamos dar dos viajes, en el primero alguien subía con las matrix (las niñas iban dentro), y en el segundo se subía el armazón del carro, previamente plegado. Nunca conseguí salir sola a la calle, siempre necesitaba la ayuda de otra persona. Mi marido que es el rey del "arrecalcamiento", sí pudo metir el carrito, las niñas, las matrix (y a la madre que las parió) en un sólo viaje. Adoptando posturas acrobáticas dignas de espectáculos circenses sin parangón. Os doy mi palabra.
Cuando las niñas crecieron, tenía que bajar primero el armazón del carro, al que ya le habíamos instalado las sillas normales y después a las niñas.Tampoco podía salir sola a la calle. Este carro es el más fuerte de los tres que hemos tenido, era bastante ligero, pero como ya digo, no muy útil en pequeñas superficies, y con otro hándicap; las niñas iban montada una delante y la otra atrás, y la última no tenía mucho espacio, se aburría y a los dos minutos estaba más enfadada que un mono atado a una rama.
El segundo de los carros gemelares, era de la marca "olmitos", también azulón, en paralelo y con una barra que impedía que Patricia pusiera los pies por alto cada dos por tres. Ha sido bastante útil, le hemos dado mucho uso, pero al ser más débil (y pesado, que todo hay que decirlo), se ha estropeado al cabo de unos meses. No es que esté roto del todo, pero suena un montón y cruje por todos los sitios. Otro de los problemas de este carro es que, es demasiado bajo, y los padres que pasamos un poco la media de altura, vamos andando de una forma extraña, como con el culo en pompa, alzado, raro. Con este carro, si hemos salido las tres en amor y compaña.
Inconveniente de los carros anchos, es que no puedes entrar en todas las tiendas, porque no cabes. Tampoco puedes circular por todas las aceras, porque corres el riesgo de salirte a la calzada, y que un coche te lleve por delante. Pero en honor a la verdad, hay que decir que, ese no es un problema del carro, sino de urbanización de nuestros pueblos y ciudades, y de los modorros que hacen las puertas de las tiendas, que no tienen sensibilidad ninguna, no ya para con los gemelos sino, con las personas que tienen dificultades de deambulación.
El ultimo carrito, también es gemelar (lógico), paralelo, y naranja (por fin conseguí darle cabida al hortera que vive dentro de mi), es de la marca "chicco", no tiene barra, pero sí un cubre pies (da igual, porque Patricia sigue sacando sus piernecitas en cuanto le da la gana). Seguimos plegándolo un poco al entrar en el ascensor, y continuamos con los mismos problemas de falta de espacio en las calles. Este es más alto, ya no voy andando tan rara. A ver cuanto me dura, porque si bien salimos solas a la calle, el día menos pensado no voy a poder subir de la calle a casa, por la cuesta del portal ( que tiene una inclinación, que riete de los Pirineos), porque el carro pesa, las compras que hago también, y las niñas, las niñas no quiero ni decir lo que pesan, pero es una "jartá".
El primero de nuestros carritos fue un jane "twin two" de color azulón, con dos "matrix pro" (¿os habéis enterado de algo?). Las cinéfilas "mátrix", son una especie de capazo grupo 0, de todo un poco, que se desmontaba del carro con cierta facilidad, sólo había que apretar un botón. Para subir y bajar en el ascensor, necesitabamos dar dos viajes, en el primero alguien subía con las matrix (las niñas iban dentro), y en el segundo se subía el armazón del carro, previamente plegado. Nunca conseguí salir sola a la calle, siempre necesitaba la ayuda de otra persona. Mi marido que es el rey del "arrecalcamiento", sí pudo metir el carrito, las niñas, las matrix (y a la madre que las parió) en un sólo viaje. Adoptando posturas acrobáticas dignas de espectáculos circenses sin parangón. Os doy mi palabra.
Cuando las niñas crecieron, tenía que bajar primero el armazón del carro, al que ya le habíamos instalado las sillas normales y después a las niñas.Tampoco podía salir sola a la calle. Este carro es el más fuerte de los tres que hemos tenido, era bastante ligero, pero como ya digo, no muy útil en pequeñas superficies, y con otro hándicap; las niñas iban montada una delante y la otra atrás, y la última no tenía mucho espacio, se aburría y a los dos minutos estaba más enfadada que un mono atado a una rama.
El segundo de los carros gemelares, era de la marca "olmitos", también azulón, en paralelo y con una barra que impedía que Patricia pusiera los pies por alto cada dos por tres. Ha sido bastante útil, le hemos dado mucho uso, pero al ser más débil (y pesado, que todo hay que decirlo), se ha estropeado al cabo de unos meses. No es que esté roto del todo, pero suena un montón y cruje por todos los sitios. Otro de los problemas de este carro es que, es demasiado bajo, y los padres que pasamos un poco la media de altura, vamos andando de una forma extraña, como con el culo en pompa, alzado, raro. Con este carro, si hemos salido las tres en amor y compaña.
Inconveniente de los carros anchos, es que no puedes entrar en todas las tiendas, porque no cabes. Tampoco puedes circular por todas las aceras, porque corres el riesgo de salirte a la calzada, y que un coche te lleve por delante. Pero en honor a la verdad, hay que decir que, ese no es un problema del carro, sino de urbanización de nuestros pueblos y ciudades, y de los modorros que hacen las puertas de las tiendas, que no tienen sensibilidad ninguna, no ya para con los gemelos sino, con las personas que tienen dificultades de deambulación.
El ultimo carrito, también es gemelar (lógico), paralelo, y naranja (por fin conseguí darle cabida al hortera que vive dentro de mi), es de la marca "chicco", no tiene barra, pero sí un cubre pies (da igual, porque Patricia sigue sacando sus piernecitas en cuanto le da la gana). Seguimos plegándolo un poco al entrar en el ascensor, y continuamos con los mismos problemas de falta de espacio en las calles. Este es más alto, ya no voy andando tan rara. A ver cuanto me dura, porque si bien salimos solas a la calle, el día menos pensado no voy a poder subir de la calle a casa, por la cuesta del portal ( que tiene una inclinación, que riete de los Pirineos), porque el carro pesa, las compras que hago también, y las niñas, las niñas no quiero ni decir lo que pesan, pero es una "jartá".
Me da la sensación de que en estos carros paralelos los bebés se entretienen más; ven la calle, se tocan, se quitan los juguetes, se despiertan la una a la otra (en caso de aburrimiento).... en fin, cosas que le dan vida a los gemelos.
PD: Le tengo echado el ojo a unos carritos de importación, que sólo se venden en Madrid y Barcelona, veremos si el día menos pensado no me ato la manta a la cabeza y me hago de uno.
PD 2: La vaca carnavalera, y el mosquetero son mis sobrinos, mis vaquitas van dentro del carro. El segundo carrito, aparece cubierto con una bonita funda verde de flores, y con una sombrilla a juego, porque la madre de las niñas (quien suscribe) tiene un hortera interior del tamaño de un campo de futbol, ¿pasa algo?.
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