A finales de octubre, para ser más concretos, el último fin de semana, estuvimos en Cáceres. Julia y Patricia estaban entusiasmadas, porque iban a ver muchos castillos, y claro, para dos princesas es fundamental recorrer castillos y adueñarse de ellos.
Subimos a la Torre de Bujaco, desde la que se ve una perspectiva muy bonita de la Plaza Mayor, y gran parte de los tejados de la parte antigua. El "skyline" de Cáceres medieval, podríamos decir. Allí Patricia tomo posesión de la ciudad. Fuimos a la Plaza de la Concatedral, donde un chico cantaba flamenco y tocaba la guitarra con un arte tremendo. Fue increíble como con la fuerza de su voz y su guitarra se llenaba de música un espacio tan amplio. Maravillas de las acústica, supongo.
Después fuimos a la Plaza de San Jorge, donde compramos dos cigüeñas de peluche, recuerdo de Cáceres. Decididos a escalar un poco más, subimos hasta la Plaza la de las Veletas donde se acababa de celebrar una boda, en la que se colaron para coger todo el confeti que pudieron.
Además de confeti, se hicieron con el setenta por ciento de la suciedad de la parte antigua de Cáceres, que trajeron a Badajoz , pegado a sus pantalones y camiseta rosita del hombre de galleta. Vamos que en tres minutos estaban negras como tragantes, aunque no se aprecie en las fotos. Comimos en un restaurante italiano, y se portaron... bueno, se portaron que es bastante.
Al coincidir con un puente en muchas comunidades, la ciudad estaba llena de turistas sentados en terrazas, recorriendo la ciudad, visitando exposiciones, fotografiando los rincones más curiosos. Y es que Cáceres está vistiéndose de lujo (como si le hiciera falta) para que le concedan la capitalidad cultural de Europa en 2016, y es necesario apoyarlos.
El tiempo fue tan bueno, que las niñas se tomaron un helado de chocolate... sí, es cierto, acabó impregnado en la ropa y en las gafas de Julia. ¿qué esperabais?. A que dicho ahora, diez días después, con la que está cayendo, parece mentira ¿eh?. Pues a los incrédulos les aporto prueba gráfica demostrativa.
Aunque no pudimos visitar ninguna exposición, por motivos obvios (a ver quien las pone a ver cuadros), hicimos un recorrido muy divertido y ellas lo pasaron muy bien. Esta experiencia ha supuesto un acicate para que nos animemos a realizar nuevas excursiones a sitios que estén cerca. Quien sabe, puede que la próxima vez nos apoderemos de Mérida.
PD. Sí, la señora del pelo corto y liso soy yo (mi madre no me reconoció en las fotos). El día antes acudí a cortarme las greñas y me alisaron, ahora soy propietaria de un look entre Bisbal y las Meninas... pero al menos estoy cómoda.
Subimos a la Torre de Bujaco, desde la que se ve una perspectiva muy bonita de la Plaza Mayor, y gran parte de los tejados de la parte antigua. El "skyline" de Cáceres medieval, podríamos decir. Allí Patricia tomo posesión de la ciudad. Fuimos a la Plaza de la Concatedral, donde un chico cantaba flamenco y tocaba la guitarra con un arte tremendo. Fue increíble como con la fuerza de su voz y su guitarra se llenaba de música un espacio tan amplio. Maravillas de las acústica, supongo.
Después fuimos a la Plaza de San Jorge, donde compramos dos cigüeñas de peluche, recuerdo de Cáceres. Decididos a escalar un poco más, subimos hasta la Plaza la de las Veletas donde se acababa de celebrar una boda, en la que se colaron para coger todo el confeti que pudieron.
Además de confeti, se hicieron con el setenta por ciento de la suciedad de la parte antigua de Cáceres, que trajeron a Badajoz , pegado a sus pantalones y camiseta rosita del hombre de galleta. Vamos que en tres minutos estaban negras como tragantes, aunque no se aprecie en las fotos. Comimos en un restaurante italiano, y se portaron... bueno, se portaron que es bastante.
Al coincidir con un puente en muchas comunidades, la ciudad estaba llena de turistas sentados en terrazas, recorriendo la ciudad, visitando exposiciones, fotografiando los rincones más curiosos. Y es que Cáceres está vistiéndose de lujo (como si le hiciera falta) para que le concedan la capitalidad cultural de Europa en 2016, y es necesario apoyarlos.
El tiempo fue tan bueno, que las niñas se tomaron un helado de chocolate... sí, es cierto, acabó impregnado en la ropa y en las gafas de Julia. ¿qué esperabais?. A que dicho ahora, diez días después, con la que está cayendo, parece mentira ¿eh?. Pues a los incrédulos les aporto prueba gráfica demostrativa.
Aunque no pudimos visitar ninguna exposición, por motivos obvios (a ver quien las pone a ver cuadros), hicimos un recorrido muy divertido y ellas lo pasaron muy bien. Esta experiencia ha supuesto un acicate para que nos animemos a realizar nuevas excursiones a sitios que estén cerca. Quien sabe, puede que la próxima vez nos apoderemos de Mérida.
PD. Sí, la señora del pelo corto y liso soy yo (mi madre no me reconoció en las fotos). El día antes acudí a cortarme las greñas y me alisaron, ahora soy propietaria de un look entre Bisbal y las Meninas... pero al menos estoy cómoda.
7 comentarios:
Estuve hace unos años en Cáceres y he de decir que fue una de las mayores sorpresas (positivas) que me he llevado de viaje. Lo primero porque, aunque yo ya sabía que era una ciudad bonita, la verdad es que no sabía exactamente cómo era (¡hay que publicitarse mas!), y me encantó. Lo segundo porque es que llegamos de casualidad y sin pretender hacer noche allí, pero fue el sitio donde encontramos hotel y por eso nos quedamos. Y para rematar, la torta del casar que nos zampamos Carmen y yo en una plaza superagradable a los pies de la ciudad antigua ¡que bueno!. Si puedo, volveré algún día a verla con más tranquilidad. Y a zampar más especialidades locales.
Las peques están geniales en la foto en las que aparecéis las tres (eres tu de verdad?). La sonrisa muy natural
;)
Un besico
Se ve que las princesitas disfrutaron mucho :) de la excursión. Ir a Castelo de Vide y Marvao. besitos
Antuan. Mi madre preguntó lo mismo ¿hija eres tú? Pues sí, soy yo, es lo que tiene pelarse y alisarse las greñas, que acabas pareciendo otra. De hecho, le mandé otra foto en la que estoy mirando de lejos a las niñas, y ella le dijo a mi padre. ¡Fíjate, hasta la mujer esa se les queda mirando!.... sin comentarios.
Vamos que la peluquera me ha dejado que no me conoce ni la madre que me parió. De hecho mi marido ha podido por fin, conocer a mi cogote, del que tenía referencias, pero no certeza de su existencia. ¡Ja,ja,ja!.
En fin, que me alegro de que hayas visitado Cáceres y te gustase, es una maravilla de ciudad. Voy a publicar alguna foto más en el otro blog, porque nos salieron algunas fotos muy chulas o guachis que dicen las niñas.
Besito
PD. Sí la sonrisas muy naturales no son, pero es que les dices "sonrisa encantadora" y ponen esa cara.
Besos para los cuatro
AH, Mónica que buena sugerencia. Yo además no conozco Castelo de Vide. Se lo voy a proponer al padre de las criaturas... ¡Gracias, gracias!
Besos
Qué envidia me estás dando... deja de decir lo bonita que es Cáceres, que me estás poniendo los dientes largos y ya estoy con ganas de ir para allá. A lo mejor nos animamos el año que viene, pero es que nos quedan tantos sitios bonitos por visitar de España.
Las 3 muy guapas, pero reconozco que he tenido que mirar 2 veces para reconocerte, más por eliminación que por similitudes... primero he pensado que sería una hermana tuya.
Un abrazo a las 3 princesas y al príncipe fotógrafo.
Jajaja qué gracia ¡¡no te reconocía!! Me gustas más con tu pelo rizadito la verdad :) Un besote y gracias por compartir estos momentos con nosotros.
Hola Anabel, seguro que ya lo conoces, pero no sé como he llegado hasta una página en la que hablaba de la fiesta del cerezo en flor en Cáceres por estas fechas (marzo-abril), y me ha dado una envidia loca, porque a mi todas estas cosas que tienen cierta reminiscencia japonesa (festival Hanami) me pirran.
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