Resulta que cuando los niños llegan a determinada edad, comienzan a desarrollar su personalidad afirman su propio yo, y ¿cómo lo hacen?... llevando la contraria a estos pobres padres cansados ¡ay, ay, ay!... Algunos se refieren a esta época como "la rebeldía de los dos años", por el momento en que comienza a suceder. Nosotros no íbamos a ser menos, y con dos años y tres meses nos dedicamos desde hace unos cuantos a ejercer esa rebeldía. Nosotros empleamos otro nombre, cuando las niñas empiezan a llevarnos la contraria, decimos que estamos en "temporada de patos-temporada de conejos", en honor a un episodio dibujos de Bugs Bunny y el Pato Lucas. Me explico, todo comienza cuando Segun habla con Patricia (normalmente lleva más la contraria) y termina afirmando algo. Ella responde "no", su padre contesta "sí", y comienza el gag. Los noes y síes van alternándose, hasta que su padre, que afirmaba hasta hace un momento, comienza a negar, entonces ella opta por llevar de nuevo la contraria y comienza a decir que sí. No, si, no, sí, no, sí... sí,no, sí, no. Resultan clavaditos al pato y al conejo. Eso sí, sin escopeta al medio, ni calvo buscando cazara alguien. Ahí os dejo el vídeo en cuestión, para que os riáis un poco.
Cuando la discusión toma otro cariz, menos jocoso actuamos de varias formas distintas. Depende de la situación; a veces las cogemos por la barbilla y miramos a los ojos, para explicar lo que sea necesario. Otras las engañamos vilmente (cambiando de tema de conversación), o si el asunto pasa de claro a oscuro (mordimos a nuestra hermana y no admitimos la consiguiente "bronca"), las dejamos desahogarse un ratito, porque de vez en cuando también es necesario tener algún "berre", luego vuelven de mejor talante y seguimos con lo que sea. En cualquier caso, bienvenida sea esta pequeña rebeldía que implica crecimiento y autosuficiencia., ¿no creéis? No. Sí. No. Sí. No. Sí.... ¡ahhhhh!
3 comentarios:
Veo que voy tener que ir apuntándome al curso de Negociador de CCC... Madremía, que paciencia de santos.
de patos, creo
(los niños cuando se ponen como se ponen hay que tener sabiduría, te alabo si lo consigues)
un beso
(¿de conejos?)
ja ja ja, ¡qué bueno!, es genial cuando los niños se ponen así, con esa edad, a pesar de que alguna vez necesiten una regañina, pero no me digas que en esa controversia momentánea, no estás aguantando la risa al verlas.
Te imaginas la disputa patoconejos cuando ya son mayores? Ya no me río. -jajaja-
Un beso Anabel.
Publicar un comentario