Julia, quiere decir algo. Mira una foto donde estoy vestida de novia; peinada, guapetona, sin ojeras... Julia dice:"Mamma", alza los ojos hacia mi, vuelve a ojear la foto y repite:"Mamma". ¡Que lista, que guapa, que maravilla de criatura!. Después le enseñamos una foto de mi marido, la toca, lo mira sonríe y sin pensárselo dos veces dice con voz grave (todo lo grave que puede ponerla un bebé de 10 meses): "Mamma""ma". Acaricia a su padre, a la foto, y por mucho que le repetimos que no es mama, ella insiste, se planta y repite una y otra vez "Mamma".
No me extraña, y a él le encanta. Repetimos la gracia unas cincuenta veces, hasta que la niña nos ignora y decide no llamarnos a ninguno de los dos. "Pesados, que sois unos pesados".
Hoy en día ya hay muchos padres que cambian pañales, dan biberones, papillas, fruta, ponen ropita, van a las actividades con los bebés, los duermen por la noche. Padres que se implican, que no quieren ser una figura alejada de sus niños, y a los que les duele pasar el día trabajando, aunque no les queda otra que aplicarse a ello. Es evidente que la mayor parte de la responsabilidad continúa recayendo sobre nosotras, sin embargo, la implicación de muchos hombres va en aumento. Desde aquí, un besote muy gordo para todos ellos. No creo que debamos agradecéroslo porque sería tanto como consideraros unos extraños, ajenos a vuestros propios hijos, ¡Vivan los otros mammas! ¡Disfrutad a nuestros niños, que el tiempo se va volando!
Un beso más gordo y cariñoso para Segundo, el otro mamma de Julia y Patricia
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