LO MÁS OBVIO: PLAYA Y PISCINA


Pues sí, han sido quince días donde ha primado sobre todo la playa y la piscina. Estábamos en un apartamento cerca de la playa y daba no costaba ningún trabajo alternar.
Por supuesto Julia y Patricia hicieron amigos y nosotros colas de sirenas; coches imaginarios; castillos preparados para la destrucción... en fin, un finísimo trabajo con la arena que puede hacer de su padre un profesional de la construcción efímera. Por cierto, que a raíz de ver Bob Esponja, se empecinaron en hacer ángeles de arena (porque Patricio Estrella, intenta hacer ángeles de nieve en un capítulo )
Había muchos cangrejos en la playa, tanto normales como ermitaños y ellas estaban encantadas cuando su padre los cogía. Se excitaban mucho y al principio no se atrevían a tocarlos (pensaban que les iban a picar) pero al final querían llevárselos de mascotas a casa y de eso ni hablar. Todos volvieron al agua, que era donde les correspondía estar.
El binomio playa-chiringuito ha funcionado a la perfección y el mundo del choco frito y las coquinas se ha abierto ante ellas, descubriéndoles lo maravilloso que es ir de raciones por el mundo. Eso sí, les costaba mucho, mucho, mucho quedarse quietas más de tres minutos en sus sillas y yo acababa jurándome una y otra vez que sólo acudiríamos al MacDonald hasta que tuvieran catorce años. ¡Jesús, que vitalidad!
Como han aprendido a nadar (entiéndase flotar sin especial riesgo para sus vidas) se han envalentonado mucho y entraban en el agua con bastante soltura, lo que trajo consigo que alguna vez que otra se fueran con medio litro de agua de mar en la barriga... son gajes de las olas.
La piscina es un ámbito mucho más cerrado, que permite controlar mejor a los niños. Se bañaban, tanto en la típica piscina de chapoteo, como en la de mayores. Bucean como dos pececitos y se atreven a ir a zonas hondas sin flotador, siempre que los mayores estemos a su lado. Bueno, creo que Julia se atrevería a ir sola, pero yo no la dejaría ni por un millón de euros. Allí reinaban las pelotas, las muñecas y todos los cachivaches que pudieran llevar en la mochila.
También ha resultado importante la afición de Julia por... pero eso lo voy a dejar para otra entrada, si puede ser acompañada de vídeo.

5 comentarios:

velvetinna dijo...

De esas fotos se desprende felicidad y diversión a raudales, qué suerte poder hacer felices a dos pequeñinas como esas. Me alegro mucho de que te hayan salido tan valientes ¿has pensado en apuntarlas a natación? Un besote.

Antuan dijo...

Que bien se lo pasan las dos (no tan) pequeñajas. Que alegría por estar en el agua. Que pena que el verano se acabe tan pronto. Esperamos ansiosos esa nueva entrega por sus nuevas aficiones

Besotes

Cecilia dijo...

¿A que los papìs se lo han pasado muy bien? Es un gusto estar con dos chavalinas tan divertidas

muermi king dijo...

Nada mejor que el agua para refrescarse. Ellas se lo pasan de miedo como unas auténticas sirenas. aunque yo me apunto mejor a las rutas del tapeo ;)

Manuel dijo...

Felicidades por esa natación incipiente que, la verdad sea dicha, nos tranquiliza bastante a los padres en nuestros playeos y piscineos.

Estamos deseando descubrir la afición de Julia, un abrazo.