EL PAPEL DE PATRICIA


Patricia salió de clase con un pedacito de papel de cocina en una mano y la mochila en otra. Me dio la mochila y me pidió un trozo de pan (como todos los días). Julia y Segun habían enfilado el camino de casa delante nuestra. Mientras nos despedíamos y ajustábamos bien el abrigo ella continuaba con su cachito de papel sujeto.
- ¿Por qué no lo tiras a la papelera?
- No. Me lo ha regalado Guille -su amigo- y huele a churros.
- Ahhh. Pues muy bien.
- Miriam (otra compañera) me quitó un trozo, pero yo no se lo quería dar porque huele a churros. Mira.
Me lo puso debajo de la nariz, y sí , olía a churros, es más, tenía textura de haber acogido algún churro (o algo aceitoso) en un momento incierto, pero a ella le gustan los churros y los regalos. Así fuimos buena parte del camino, ella con su pañuelo al viento y yo cargada con la mochila, el bolso y la bolsa con el pan.
Lamentablemente cuando nos íbamos acercando a casa, una malhada ráfaga de viento, arrastró su tesoro lejos de nosotros. Patricia quiso ir a recuperarlo pero no la dejé. Imagináosla persiguiendo un trozo de papel de cocina con olor a churro. La pobrecita se ha llevado un disgusto tremendo. Se le saltaban unos lagrimones de pena al perder el regalo de su amigo
Guille y la insensible de su madre a punto de descacharrarse de la risa. Al final opté por prometerle que trataré de conseguir otro papel con olor a churros para que lo disfrute. Psss, Segun, te toca ir a comprarlos el sábado.
Sobre gustos y olores no hay nada escrito.

CONVERSACIÓN NOCTURNA CON JULIA


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A las gemelas les cuesta trabajo irse a la cama por la noche. Como la mayor parte de los niños, nos llaman una y otra vez pidiendo cosas: agua, que les contemos un cuento, una pizarra en la que dibujar, un libro, un muñeco, otro libro... Al cabo del rato llaman para que quitemos, los libros, la pizarra, el muñeco... (si no se quedan dormidas antes). Vamos que el miedo a verse solas en la habitación genera peticiones y respuestas por ambas partes.
Nosotros hacemos lo que podemos, a veces nos mostramos firmes pero cariñosos, en plan "estoy ahí al lado, tienes que dormir solita, si necesitas algo llámame", otras veces nos hacemos los sordos, los remolones o buscamos excusas más o menos ciertas: estoy muy cansado, me duele la cabeza...
El diálogo que sigue a continuación es totalmente verídico. Las interlocutoras fuimos Julia y yo después de que su padre (reventado) consiguiera llegar al sillón después de contarles un cuento y acudir varias veces a ver que pasaba. Había llegado mi turno.
- ¡Mamá, mamá! ¡Mamáaaaaaaaaa!
- Dime- alargando la "i" con cansancio, casi hartazgo.
- Mamá, ¿te duele la cabeza?
- No- contesté.
- ¿Las muelas?
- No.
- ¿La barriga?
- No - repliqué extrañada.
- ¿Estás bien?
- Sí.
- Pues cuéntame un cuento.
Casi me despachurro de la risa, pero aguanté el tirón y reaccioné de inmediato.
- No, que es muy tarde y mañana hay que ir al cole. Además papá te contó uno.
- Entonces hazme cosas bonitas- dijo con voz muy suave.

Lo que sucedió es evidente. Esa inquietud interesada por mi salud aflojó mi (escasa) firmeza. Les conté un cuento cortito y di besitos suaves hasta que quedaron conforme. ¿Qué habríais hecho vosotros?

EL SECRETO Y ALGUNAS FOTOS


El secreto de esta foto está ...... en el pintalabios. ¿Qué pensabais?. A Patricia le gusta tanto mi barra de labios que no duda en comerme a besos, si estoy maquillada. El resultado una serie de fotos muy tiernas, de las que os presento una (en realidad los besos fueron quince o veinte). No hay nada como una barra de labios llamativa para que una coqueta se lie a darte besos. Será por eso que los Reyes Magos han traído dos juegos de barras de labios para cada una.
Se me pasado el tiempo y no he contado nada de los reyes, ni de la cabalgata, así que antes de que lleguemos al mes de abril, me vais a permitir colgar algunas fotografías de Doña Julia y Doña Patricia la tarde de la cabalgata y el día de Reyes

Camino de la cabalgata
¿Donde vas a ver mejor la cabalgata que sobre los hombros de tu padre?
Ah, sí, encima de tu abuelo.

Obsérvese como Julia antes de abrir ningún regalo, ha desenvuelto una figurita de chocolate de Rey mago (que lógicamente se comió en un pis pas), y es que la que es golosa...
Enseñando los juguetes a la cámara para el vídeo y la posteridad.

No miento si os digo que estas han sido los mejores reyes de los últimos años. Aunque la verdad es que espero que se repita.

NUESTRA PRIMERA PELÍCULA EN EL CINE: PLANETA 51

Hemos comenzado el 2010 con una nueva actividad : acudimos al cine por primera vez. Sí, fuimos a ver Planeta 51, y lo pasamos estupendamente. Días antes estuvimos hablado de qué se hacía en el cine, como la sala se oscurecía y había una pantalla grande. Contándoles con lo que se iban a encontrar, y por fin, el uno de enero de 2010 llegó la gran tarde. Fuimos al cine. Compramos palomitas, refrescos, botellitas de agua para las niñas (aunque luego prefirieron beberse nuestros refrescos). Buscamos unas alzas para los sillones y nos preparamos para lo que se nos venía encima... ¡que no, que no! que se portaron muy bien. Todo lo bien que se pueden portar dos niñas de tres años. Sólo pidieron ir una vez al servicio durante toda la peli. Patricia aguantó casi todo el rato sentada, primero en su asiento y después encima mía. De Julia, no puedo decir lo mismo. Hasta la mitad de la película todo fue bien. Después empezó a moverse, a cambiar de silla, a decir que mi brazo era una bandejita y a bailar como una loca en el número musical del film.
La película es muy divertida, y aunque ellas entenderían un diez por ciento, se divirtieron con el resto y nosotros disfrutamos más que ellas.Merece la pena verla.
Sólo le pongo una pega a la cuestión cinematográfica, los anuncios de antes de la película duran demasiado, y estos niños tan pequeños se cansan. La próxima vez entraremos en la sala cuando hayan pasado los anuncios (o una parte, porque duraron más de 20 minutos).